domingo, 29 de enero de 2012

Sueños Rojos, Capítulo Siete: Te pertenezco


Narra Sofía:

-Estuvo bien-dije mientras cruzábamos las puertas de la escuela

-Sí, me encanto verte cantar. Tienes una voz muy dulce – Sebastián entrelazó sus dedos con los míos

-Gracias-dije mientras me sonrojaba

-¿Lista para tu regalo? – Preguntó mientras subíamos las escaleras con dirección a su habitación. La última vez que estuve aquí fue cuando Kashmir atacó a Sebastián, siempre me he preguntado si reacciona de esa forma por su naturaleza gatuna o lo de atacar a los demás es meramente parte de ella.

-Supongo – Musité

-¿Por qué no te veo con ganas de saber qué es?

-No es que no quiera saber que es…lo que pasa es el hecho de que no sé que es – Respondí con un encogimiento de hombros y una sonrisa.

-Se que te gustara, lo prometo.

Llegamos a su habitación, el abrió la puerta y encendió la luz

-Pasa - Dijo con una sonrisilla

Entré cruzando los brazos sobre el pecho: El cuarto era muy parecido a los femeninos, tenía paredes blancas y pisos de madera y cada cama distinguía a su dueño; la cama de James, el chico rubio, tenía ropa tirada y estaba desordenada, el espacio de Ian tenía dibujos en las paredes, un poster de un grupo de música francés del cual jamás había oído en mi vida y una guitarra, el lugar de Sebastián tenía también una guitarra preciosa, estaba un poco desordenado pero se veía bien. Podía oler su aroma a mandarina, canela y menta, estaba tan familiarizada que podría distinguirlo en cualquier lugar, para mi sorpresa había una foto mía en su mesa de noche.

Sebastián se dirigió hacia ahí y tomó una caja pequeña con una flor arriba de ella. Se dirigió de nuevo hacia mí.

-Espero que no me vallas a pedir matrimonio – Solté sarcástica

-Todavía no - Respondió con una sonrisa envolvente.

Sacó de la cajita un collar con un dije de una cámara fotográfica y un pequeño corazón de rubí.
Era precioso.

-Es hermoso - Dije con un hilillo de voz - ¿Me lo pones?- le pregunté

Tomó el collar mientras yo recogía mi cabello, lo pasó por mi cuello hasta que quedó a la altura de mi pecho.

-Sé lo mucho que te gusta la fotografía y pensé que sería perfecto para ti, algo tan bonito debía estar con alguien tan bonita – Me besó la mejilla.

-Realmente es perfecto – Repetí mientras veía la joya

Camine hacia su cama y me senté, miré su mesita de noche y vi un cuaderno, lo tomé y comencé a hojearlo, eran letras de canciones.

-¿Compones?

-A veces, cuando hay algo realmente bueno que me motive a componer - Respondió mientras me recorría con sus ojos

Me sonrojé, nunca nadie me mira así.

-Lo haces bien, eres muy bueno.

-Gracias, lee este – Cambió a una de las últimas páginas.

Empecé a leer lo que había escrito. Él se sentó a mi lado y puso una de sus manos en mi rodilla, su tacto resultaba cálido y agradable.

‘’You have my body; you have my soul
I melt in your life and make it mine
want to try?

You need me, I need you
Make me yourself, as I make you mine
want to try?
You are my life; my feelings are
don’t leave me

Because you are the feeling of nature
so pure and so sweet
my veins you ask me

You are my light and my joy
if I mentioned that I love, I seek
I would not mind later, I will seek
and if you love me
Stay with me’’

-Es para ti.

-Si claro – Solté sarcástica

-¿No me crees?

-Mira, sé que tienes millones de chicas detrás de ti y sé que seguramente has tenido muchas conquistas, además eres súper atractivo, sexi y misterioso, seguramente a la chica de la canción la debiste haber amado mucho.

-La amo, aún la amo y la tengo frente mí – Completó mientras posaba su mirada en mis ojos -¿Ahora me crees que es para ti esa canción?

-Sí, te creo - Respondí y esa era la verdad.

-Entonces…  -dijo con una mirada seductora

Me besó en los labios y sonreí contra ellos, este beso era dulce y lento. Puso sus manos en mi cintura y me acercó a él con delicadeza. Acariciaba mi espalda y de pronto, algo se movió de su lugar. Lo que empezó siendo dulce comenzó a volverse insistente, se recargó por completo en la cabecera de la cama y acabó con toda la distancia entre nosotros cuando presionó mi cuerpo contra el suyo. El corazón me latía con mucha fuerza, tanto que dolía.

Nuestros labios se separaron y los suyos fueron a dar a mi cuello. Me deshice de su camisa y acaricié su pecho, el gimió de manera suave. Me dio la vuelta quedando él sobre mí, en el momento en que sentí una presión en mi entrepierna comencé a dudar ¿estaba lista para esto? Jamás había pasado de unos cuantos besos y caricias, quería que sucediera pero la duda no se iba de mi cabeza.

-Todo estará bien – me susurró y recorrió mi cintura con la punta de sus dedos haciendo que con ese simple roce me abandonara al deseo de estar con él. Sus manos fueron al final de mi blusa y la levantaron poco a poco, volvió a mirarme para asegurarse de mi decisión y yo asentí para confirmarle que quería que lo hiciera. La blusa desapareció junto con el brasear y me sentí enrojecer, él era el primero que me veía así y tenía miedo de que terminara por rechazarme, de no ser lo suficientemente buena para él como las otras novias que seguramente debió de tener, pero su mirada terminó por deshacerse de mis temores. Besó, mordió, jugueteó con sus manos  y yo seguí el juego moviendo mis caderas. 

Lo besé con fuerza, ni si quiera podía recordar el antiguo beso tierno que habíamos tenido hace unos momentos porque esto me parecía mucho mejor ahora. La calidez de su cuerpo y la manera en que chocaba contra el mío me hacía suspirar de puro placer, el corazón seguía latiendo. Me sentí atrapada en una atmosfera de deleite y lo que mejoraba todo era lo mucho que lo quería, lo especial que era que este momento en mi vida pasara con él.

Esto por mucho estaba mal, siempre me habían educado diciéndome que el sexo era para después del matrimonio pero en este momento mi cuerpo me pedía a gritos por más de Sebastián. Se sentía tan bien estar mal.

Los pantalones desparecieron en el momento en que comenzaron a estorbarnos, él presionaba sus caderas contra las mías volviéndome loca.

-Por favor, si te hago daño dímelo – me susurró y yo asentí con una ligera sonrisa. Las caricias comenzaron a hacerse más suaves, pasó sus dedos por mis brazos y depositó dulces besos en mi cuello, mi pecho y mi abdomen.

Debo admitirlo, sí dolió. Le pedí que se detuviera unos momentos cuando lo necesité pero ya habíamos llegado muy lejos, no podía arrepentirme ahora. Cuando le dije que continuara, tardé un poco en acostumbrarme pero el dolor rápidamente fue remplazado por una sensación placentera. En un punto del momento me besó con fuerza para acallar nuestros gemidos y suspiros, me sentía tan feliz.

-Te amo – susurró entre mis labios cuando todo había terminado, se recostó a mi lado y me dio un beso en la mejilla.

Tardé varios minutos para poder normalizar mi respiración.

-Vaya – dije cuando fue la única palabra que podía recordar.

Él se rió bajito y me abrazó con más fuerza.

-¿Te imaginabas que esto iba a pasar?

-Jamás – confesé – pero me alegro demasiado, te amo.


Narra Kashmir:


Estaba arrinconada en una de las esquinas del baño, me abrazaba las piernas y observaba a Eliot con atención.

-¿Estás más tranquila?

-¿Qué me hiciste? – Pregunté, aún podía sentir algo extraño por mis venas.

-Te inyecté de mi sangre.

-¿Para qué? – El corazón me latía muy fuerte, dentro de mí sabía que Eliot no era peligroso pero no entendía nada.

-Era la única manera de que puedas viajar en el tiempo, creí que sería una buena forma de que recordaras todo viéndolo por ti misma. Sólo podrás viajar cuando yo lo permita pero…

-¿Para qué? – Repetí - ¿Recordar todo? Los he aceptado como mis amigos, les creí y he comenzado a recordar con las pociones de Areli. Dime la verdad ¿para qué? – Me levanté y avancé hacía él, enfrentándolo.

-¿Recuerdas cuando te dije que tú habías sido la causante de todo? Que tú fuiste quien me pidió que nos volviera a unir ¿lo recuerdas? – Asentí – Esto es parte de eso, no te puedo decir nada más pero te prometo que todo es con buena atención, confía en mí, confía en ti.

-¿Qué pasará ahora que tengo tu sangre?

-Viajaras en el tiempo cuando yo crea que es necesario – La sonrisa característica de Eliot había desaparecido, estaba serio. ¿Este era el chico que se ocultaba detrás de la sonrisa?

-Ian…

-No lo sabe y no le dirás nada.

-Pero ¿por qué?

-No hagas preguntas. En el próximo viaje en el tiempo te acompañaré y sabrás un poco más – La sonrisa volvió – Buenas noches.

Salió del baño y me dejó sola, me sentía inquieta como si quisiera correr y correr. La cabeza aún me dolía pero tenía que salir si no quería que alguien me viera e hiciera preguntas que no podría responder.
Cuando iba a entrar a la habitación me encontré con unos acaramelados Sofía y Sebastián. La manera en que tonteaban, la forma en que se tocaban me hizo preguntarme si las insinuaciones de Ian eran correctas.

Cuando se dieron cuenta de mi presencia Sofía me miró sonriente y yo le respondí con una mirada de decepción.

-Te veo en la mañana – El vampiro besó a la licántropa y me dedicó una mirada socarrona, se fue en la oscuridad.

-¿Pasó algo? – Pregunté cruzándome de brazos

-Pasó algo – lo confirmó y suspiré. Traté de olvidarme de lo mucho que detestaba su relación con el vampirito y le sonreí.

-Cuéntame.

Probablemente nos quedamos hasta las tres de la mañana platicando sobre la nueva experiencia de Sofía y lo bien que se sentía, lo feliz que estaba. Nosotras podíamos hablar de este tema sin pena y siempre bromeábamos con la idea de quién perdería su virginidad primero, parece que ella ganó. Me preocupé, ella había dicho que no se habían cuidado pero que no tenía miedo porque él era un vampiro y ella un licántropo que sería imposible que quedara embarazada, rezaba porque tuviera razón.

Llegó a mi mente un capítulo del libro que me prestó Blanca, la sangre virgen… ¿tendría algo que ver con esto? Necesitaba respuestas y lo mejor sería obtenerlas de una fuente confiable; un vampiro, mi vampiro. Ian.

A la mañana siguiente mientras me ponía la blusa del uniforme observé a Sofía muy cómoda con su pijama, Areli no asistiría a clases porque no soportaba la cruda y corría peligro de romper las ventanas accidentalmente con su magia un tanto fuera de control.

-¿Qué hacemos? – Le pregunté a Sofía – Se te hace tarde para vestirte.

-No voy a ir a clases hoy – Contestó muy tranquila.

-¿Estás loca? ¿Por qué no? No me digas que haber tenido sexo ayer te deja incapacitada para clases.

-¿TUVISTE SEXO AYER? – Preguntó Areli que llegaba con una pastilla para el dolor de 
cabeza.

Sofía me fulminó con la mirada.

-Sí, Areli. Sofía tuvo sexo salvaje y desenfrenado ayer – bromeé y me gané un almohadazo como recompensa.

-¿Y por eso no vas a clase? – Preguntó la brujita.

-¡Claro que no! No voy porque me iré a la ciudad con Will.

Me terminé de poner la corbata y el suéter y me reí.

-¿Y cómo? Para eso tienes que escaparte de la escuela, empieza a vestirte y te veo en el aula – Salí de la habitación sabiendo de antemano que ella no iría a clase. En vez de ir a química decidí saltármela, asistiría a las otras materias pero antes tenía que hacer algo importante.

Toqué la puerta de la habitación 27 – B y un sonriente James me saludó.

-Hola preciosa ¿vienes a verme a mí? – Me guiñó un ojo.

James era guapo y se veía muy bien con su uniforme puesto pero no tenía interés en salir con él.

-Oh sí, venía a avisarte que dejaste tu cerebro en la basura ayer por accidente – Pasé a la habitación encontrándome a Ian poniéndose la corbata – Quiero hablar contigo – Le dije y James salió de la habitación para dejarnos hablar. Ian se recostó en su cama poniendo sus brazos detrás de su cabeza y sonriendo.

-¿Sobre el cerebro perdido de James?

-No… sobre sexo.

Me miró confundido.

-¿Sexo? Mira Kashmir, me siento alagado pero esa información debieron habértela ofrecido tus padres.

-¡No! No, eso ya lo sé, quiero saber sobre sexo vampírico.

Tosió un poco, ¿estaba nervioso? Oh, me burlaría después de él.

-No creo que lo mejor sea que pase algo entre tú y yo, después de todo somos amigos ¿no? Eres como mi hermana.

-¡No, tonto! – Le lancé una almohada ¿Cómo podía pensar que yo quería hacerlo con él?– sólo explícamelo, no logro comprender lo que dicen los libros sobre ello.

-¿Libros? Bueno entonces te lo explico con un ejemplo, imagina que tú y yo somos novios y que de verdad nos amamos. Para que podamos estar juntos ‘para siempre’ yo te tendría que quitar la virginidad. Nosotros nos tomamos muy enserio el ‘eres mía’ cuando hay amor. Hay vampiros que sólo tienen sexo por diversión. Si perdieras la virginidad conmigo entonces jamás podrías acostarte con alguien más o salir con otra persona.

-Es tan raro imaginar eso contigo, pero ¿por qué no podría?

-Porque para mí literalmente serías mía, entonces mataría al otro con el que estuviste. Egoísta, lo sé.

Ahora todo cuadraba, la vez que me dijo que en mi primera vida un vampiro había matado a mis padres y a mí era por eso.

-¿Y qué pasa si el vampiro tiene relaciones con una chica y quizá la quiera pero no está seguro?

-Hay amor, levemente pero lo hay, por lo que se aplica lo mismo.

-¿Y si fueras mi novio y yo ya no fuera virgen?

-Entonces no podría sentirte como mi novia o en un caso muy extremo mi esposa, porque sería como si le pertenecieras más a ese otro. Tendría muchos problemas nuestra relación.

-¿Y qué pasa cuando se alimentan de sangre virgen?

-Depende el vampiro, hay algunos que les suena increíblemente atrayente a otros les parece repulsiva. Es sencillo.

-¿Por qué les parece atrayente?

-No sabría decirlo. Puede ser porque es más inocente, más pura.

-¿A ti cuál te apetece más?

Sonrió de lado.

-Las dos, por igual.

-¿Bebes mucha sangre humana?

-No somos muchos vampiros los que existimos, Kashmir. Yo recurro al banco de sangre aunque debo admitir que es increíble tomarla de un cuerpo con vida.

Entrecerré los ojos.

-No quiero hablar más de eso.

-Es lo que soy – Se encogió de hombros – Pero nunca he matado a nadie, normalmente me consigo a alguien que desea donarme de su sangre pero no lo mato. Le borro ese recuerdo, claro.

-¿Hay alguien que quiera donar su sangre a un vampiro?

-Los humanos fanáticos del vampirismo.

-¿Entonces cómo se convierte un vampiro?

-Normalmente nosotros nacemos no nos convertimos.

-Entonces los vampiros son tremendamente sexuales ¿no? – Sonreí y enarqué una ceja. Me vendría bien molestarlo un rato.

Noté un ligero sonrojo.

-Un poco más que un humano, sí. Y cuando hay amor significa más para nosotros si a eso te refieres.

-Debes de ser un pervertido por naturaleza.

Entrecerró los ojos.

-No más que tú.

-La mujer o el hombre al que el vampiro o vampira le quitó la virginidad ya no puede estar con nadie más pero ustedes pueden acostarse con quienes quieran ¿no? Eso es tan injusto, es racismo vampírico.

-No. Si tú y yo lo hubiéramos hecho entonces te consideraría tanto mía como yo tuyo. Jamás me acostaría con nadie más cuando hay amor. Digamos que los vampiros nos enamoramos realmente, a los humanos se les pasa cada dos semanas – Bromeó.

-¿Y si un vampiro no ama a la chica con la que se está acostando?

-Bueno, hay de dos. O la está violando para después borrarle la memoria o la chica está consciente y no se aplica lo mismo. Los dos pueden irse por su rumbo.

Entonces, si Sebastián no quiere a Sofía ella no tendrá problemas después pero… ¿Y si la quiere? Ella ya no podrá estar jamás con otro y mucho menos con Ethan.
Sofía ¿en qué lío te metiste?

-Entonces el sexo y la sangre virgen son temas diferentes.

-Sí, uno es estrictamente en el acto sexual y el otro sólo es una preferencia de alimento.

-¿Y qué pasa si tu chica muere?

-Sufriría, demasiado. Lo más seguro es que si perdiera a la persona que amo no volvería a amar a nadie más.

-Pero no la puedes mantener viva y joven para siempre.

-Se puede con la ayuda de una bruja pero es difícil convencerlas de que nos ayuden, pocas veces pasa.

Areli podría ayudar pero no tengo idea de cuánta preparación necesitaría, de todas formas ¿a quién le importa?

Después de unos momentos pregunté

-¿Eres virgen?

-¿Por qué me preguntas eso? – Sonrió con sorpresa.

-Ah, entonces sí lo eres.

-¿Y si no te lo quiero decir? – Enarcó una ceja.

-Es algo muy sencillo como para que lo niegues tanto.

-Un caballero no tiene memoria.

-Excusas.

Rodó los ojos.

-Tú también lo eres.

-Sí – sonreí grande – y no me acomplejo por eso.

-¿Quién se está acomplejando?

-Entonces sí eres virgen.

-No te lo diré.

-Lo acabas de aceptar con tu ‘tú también lo eres’ ‘también’ –Remarqué lo último.

-Me sacas de quicio.

-Gracias. Soy experta en molestar a las personas – Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla – también eres para mí como mi hermano, el hermano molesto que nunca tuve.

-Y tú eres la hermana entrometida que jamás tuve – Me tiró a la cama y comenzó a hacerme cosquillas.

Después de rogarle que se detuviera le dije con sinceridad.

-Me alegra mucho haberte recordado, lamento haber sido tan hostil en un principio. Eres genial.

-También tú eres genial.

Nos sonreímos.

-¿Te das cuenta que nos saltamos una clase?

-Somos rebeldes – bromeé y me levanté, le tomé de la mano para que fuéramos a nuestros salones, un retardo no era tan malo como una falta. Tengo un ligero trauma con la perfección académica.

Al entrar y soportar el regaño del profesor de química me fui a sentar con Rafael y Eleazar, mis compañeros de laboratorio, y le mandé un mensaje de texto a Eliot que estaba a tres mesas de distancia.

‘’ ¿Cuándo será nuestro primer viaje? ’’

Él me mando una sonrisa y contestó.

‘’ Hoy ‘’

El estomago se me revolvió un poco. Hoy conocería a la yo del pasado.

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¡Hola! ¿Les sorprende lo rápido que estuvo el siguiente capítulo?
Les tenemos noticias:

Tenemos pensado imprimir ''Sueños Rojos'' [Como libro] aún no estamos seguras si intentar publicarlo o no, pero tenemos la garantía de mandarlo a imprimir y sacar varias copias y una de esas copias puede ser suya en agradecimiento por leernos. Para elegir a la persona que lo tendrá tomaremos en cuenta:

*Quienes sean los lectores que más comenten [y que estén interesados en  tenerlo, claro] 
*Entre ellos habrá un pequeño concurso cuando esté por finalizar la historia para elegir al ganador [por así decirlo]

 Estamos preparando una portada con la ayuda de DBF [Graciaaas] y aún tardará en terminarse la historia [La versión que se va a imprimir tendrá más contenido y posiblemente más capítulos] así que habrá que esperar un tiempo aún.


Para aquellos que no tengan cuenta, pueden dejar un comentario como ''anónimo'' [Recuerden dejar un pequeño seudónimo para distinguirlos]  o en el chat --->
A grandes rasgos esa es la noticia, pronto iremos explicando más.

Ahora sí, ¿les gustó el capítulo? En la parte de Sofía no pusimos ninguna nota avisando lo que pasaría porque creemos que no se ha escrito nada traumatico [Jaja] 

Y... llegó mi momento *-* [Soy Kashmir] ¡Video! Les dejo un pequeño video de una de mis películas favoritas, he luchado contra viento y marea para conseguirla en original y no he tenido suerte ¡pero lo lograré!


Muuuuuchos besos!
Sofía&Kashmir

miércoles, 25 de enero de 2012

Sueños Rojos, Capítulo Seis: Amenazas



El tiempo había comenzado a pasar con mucha rapidez y en menos de lo que nos dimos cuenta octubre ya había llegado, Sofía estaba pasando mucho tiempo ensayando su coreografía últimamente y hoy un juez juzgaría su desempeño y decidiría si era buena idea que la escuela participara en el intercolegial de enero o no. 

-¿Qué piensan hacer esta noche? – Preguntó Eliot mientras caminábamos por los pasillos de la escuela.

-Lo que todo el mundo hace, dormir. Es domingo pero no tengo ningún plan ¿quieren hacer una pijamada? -Bromeé

-Hola – Llegó con nosotros un muchacho con los ojos grises, el cabello opaco y bastante pálido. Logré notar que sus uñas estaban moradas y sus labios no tenían mucho color. Olfateé un poco, tenía un aroma fuerte pero no muy agradable – Soy Eric, venía a darles una invitación para un nuevo bar que se va a abrir en el pueblo – Nos tendió un volante colorido – Mi tío es el dueño y me ha dicho que quienes vayan a la inauguración hoy tendrán un descuento especial, habrá karaoke.

-Gracias – Sonreí y Eric se fue con otro grupo de chicos, ladeé un poco la cabeza y lo observé– Es curioso que tengamos zombis en la escuela.

-¿Cómo es que no se les cae la piel? – Preguntó Eliot uniéndose a mis observaciones.

-He leído que tienen que tomar y untarse muchas cosas para eso, si no lo hacen la piel se les vuele amoratada y puede comenzar a levantarse un poco – Comenté haciendo una mueca inevitable.

-¿Comerá humanos como dicen las películas? – El estomago se me revolvió.

-Espero que no. Ian, llevas más tiempo aquí ¿Se ha comido a alguien? – No tuve respuesta. Me giré pero Ian ya no estaba con nosotros sino con una chica bonita de cabello negro, a su lado estaba la rubia que el primer día me mataba con la mirada.

-¿Enserio? – Preguntó en voz baja Eliot.

- Parece que Romeo busca Julieta. Si quiere a alguna de las dos prefiero a la de cabello negro, la rubia no me agrada.

Eliot tenía fruncido el ceño, parecía molesto.

-¿Estás bien? – Pregunté y luego abrí los ojos como platos - ¡No me digas que te gusta alguna de ellas!

-Claro que no, es sólo que…. Ian exaspera – Se llevó una mano al puente de la nariz y cerró los ojos, después me miró - ¡Y tú también! – Se fue por otro pasillo murmurando algo que no logré entender.

¿Y ahora qué hice yo?

Ian regresó con una sonrisa de satisfacción.

-¿Y Eliot?

-No lo sé, se comportó muy extraño y se fue – Me encogí de hombros – Así que planeas una nueva conquista ¿eh? – Sonreí

-No tengo mucho interés en ella así que no es la gran cosa – Caminamos hacia los jardines y nos sentamos en una de las banquitas. Subí mis piernas y saqué una paleta de mi mochila, me la llevé a la boca.

-¿Con quién planeabas salir de las dos?

-La chica de pelo negro aunque la rubia también mostró entusiasmo – Sacó su teléfono, leyó un mensaje de texto y volvió a guardarlo – No he podido dejar de pensar en qué diría mi mamá si te viera de nuevo.

-No entiendo que tiene de malo que sepa de mí pero estoy segura de la reacción que tendría mi mamá si supiera de ti.

-¿Cuál sería?

-No le gustaría, no es fanática de los vampiros que digamos. Por cierto, ayer recordé sobre el famoso lago  y no estábamos desnudos.

Él comenzó a reír.

-Hubieras visto tu cara cuando te dije eso, ¿sigues consumiendo las pociones de Areli?

-Son bastante buenas, los recuerdos se han estimulado. Te podría decir que ya no sueño y si lo hago son visiones.       

Saqué la paleta de mi boca e Ian trató de quitármela, terminó consiguiéndolo y se la llevo a la boca. Había visto a cientos de chicos hacer eso y siempre pensé que era asqueroso, pero con él era diferente, me resultaba agradable.

-¿Piensas ir al baile de invierno? – Pregunté después de un rato en el que sólo nos dedicamos a escuchar música.

-No lo sé, es un poco desagradable tener que llevar pareja para poder asistir. Aún falta un mes para eso, ¿Quieres ir?

Me esperaba que me preguntara un ‘’ ¿Piensas ir? ’’ Pero que me invitara me tomó desprevenida.

-¿Salida de amigos? – Deduje – ¿No es algo que las personas hacen cuando irremediablemente no pueden encontrar pareja y se ven en la necesidad de recurrir a las amistades?

-Supongo, igual será aburrido.

Su celular volvió a sonar avisando la llegada de un nuevo mensaje.

-¿Quién te habla tanto?

-Mi mamá, insiste que vaya a Francia a visitarla.

-¡Cierto! – Era tonto olvidar que Ian fuera francés pero no se notaba en su acento - ¿Vives allá? ¿Cómo es?

Noté que unas alumnas de tercero escuchaban un poco de nuestra conversación.

-Te enseñaré francés, así hablaremos con tranquilidad.

Asentí emocionada.

Ivonne, la chica rubia de segundo se acercó a nosotros… bueno, a Ian.

-Hola ¿Me ayudas con la tarea de física, por favor? He estado intentando hacerlo sola pero no puedo– Me ignoró limpiamente, yo bien podría pasar como un fantasma.

-No hay problema – Ian me sonrió y me dio su ipod – me lo regresas cuando nos veamos.

Se levantó del asiento y se colgó la mochila al hombro, también me levanté y tomé de su mano atrayéndolo hacia mí. Me acerqué a su oído y le susurré:

-Cuídate, quizá ella quiera aprender física de otra manera – Recuperé la paleta y me la llevé a la boca, le di un pequeño beso en la mejilla, me alejé y tomé mis cosas. Él me sonrió divertido y se fue con Ivonne.

-¿Qué fue eso? – Preguntó Areli con curiosidad acercándose a mí.

-Eso se llama matarle las esperanzas a una zorra. 

-Parece que ella no te agrada nada – Comentó Karen, otra amiga que se nos unió.

-¿Muy obvio? Igual, Ian debió haber captado mi intención.

-Es increíble que ella intente algo con él, ayer la vi casi sacándose las anginas con uno de tercero. Debería comenzar a comprarse blusas menos escotadas.

-Tal cual, ¿Vamos al auditorio a ver a Sofía?

Llegamos justo a tiempo antes de que comenzara la presentación.

Narra Sofía:


En cuanto la música empezó a sonar traté de bailar y seguir la coreografía como la había enseñado. No me podía concentrar en nadie más y rogaba porque no se equivocaran.
Ahora el juez, quien tenía una larga cabellera recogida con una liga, nos apreciaba desde su asiento con ojos inexpresivos. Estábamos ansiosos por la respuesta, anhelábamos poder entrar al intercolegial. Cuando dimos los últimos pasos nos quedamos en nuestros lugares iniciales esperando lo que el juez tuviera que decir. Las respiraciones cada vez se volvían más irregulares y el corazón empezaba a querer salirse del pecho.
Se levantó de su asiento y acomodó su chaqueta de cuero, cruzó los brazos y apretó los labios.

-¿Cuánto tiempo ensayaron? – Preguntó con una voz melodiosa.

-Un mes y medio – Contestó Will armándose de valor, teníamos que aceptarlo el juez daba miedo.

-¿Y esto fue lo que lograron en un mes y medio? – Enarcó una ceja y el alma se me fue al suelo, claramente lo que seguía era una respuesta negativa a nuestros deseos – Pues me parece que van a tener que conseguirse uniformes nuevos – Escribió algo en sus papeles y cerró la carpeta en la que los llevaba – El intercolegial es en enero, los veré de nuevo ahí.

Sin decir nada más subió los escaloncitos que lo llevarían a la salida. En cuanto se cerró la puerta aplausos, gritos y abrazos se desencadenaron, ¡Participaríamos en el intercolegial! 
Abracé a Will y éste me dio un beso en la sien.

-¡Pasamos! - Gritó él.

-Lo hicimos, es increíble.

-Gracias a ti que nos enseñaste la coreografía.

-Todos cooperamos – Me sonrojé.

-No seas modesta, no te sale - Pasó su brazo por mis hombros y nos dirigimos a los demás. Este simple gesto hubiera armado un gran cotilleo pero todos sabían que Will era gay y que había algo entre Sebastián y yo.

-¡Lo hicimos! - Gritó una chica del grupo llamada Devora

-Ganaremos el concurso, de eso no hay duda - Agregó otra chica de nombre Eloise

-Tenemos que celebrar - Propuso Will

-Sí, hay que hacer algo- recalcó un chico de nombre André

-El tío de Eric tiene un bar en el pueblo y hoy es noche de karaoke – Habló Kashmir subiendo al escenario.

- Me fascina la idea – Estuve de acuerdo.

Todos dieron un grito de aprobación.

Mire a un lado y vi a Sebastián acercándose

Caminé hacia él pero Will me detuvo. Me gire hacia él

-¿Te apetece ir mañana conmigo a tomar un café a la ciudad? El viaje será un poco largo pero prometo que valdrá la pena. Nos saltaremos clases.

-Claro, mañana solo será nuestro día.

Seguí mi camino hacia Sebastián

-¡Pasaron! Lo hiciste muy bien - Me felicitó mientras me tomaba de la cintura y me acercaba hacia él.

-Gracias, significó mucho para mí que vinieras – Comenté mientras lo abrazaba.

-Jamás me lo perdería - Me dijo al oído - Tengo algo que darte, pero está en mi habitación

-¿Te parece si vamos después del bar?

-Está bien – Aceptó con una sonrisa.

¿Qué era lo que Sebastián me iba a dar?

Una voz nos interrumpió.

-¿Vienes o no? – Preguntó Kashmir con impaciencia, aún no le gustaba mi novio… novio, que extraño y bien se siente decir eso.

‘’No es tu novio’’ Me había dicho ayer ella ‘’Mientras no sea oficial ante todos sólo es tu pareja de besuqueo’’ odiaba pensar que quizá tenía razón.
Una hora después nos encontrábamos en un bar del pueblo donde tenían noche de karaoke. El lugar estaba bien, nada del otro mundo pero era lo suficientemente bueno para pasar una excelente noche.

-Miren esto – Habló Areli, había conseguido que le dieran bebidas con alcohol después de haber utilizado un hechizo para aumentarse la edad y ahora estaba borracha. Era terriblemente divertido verla así – propinquus – Acto seguido otra copa se deslizaba por la barra hasta llegar a ella.

-Procura que los humanos no te vean – Le advertí.

-Procura no vomitar todo eso – Dijo Kashmir llegando justo detrás de mí.

-¡Diviértanse! ¡Festejen! Puedo hechizarlas también para que se vean un poco mayores, con un simple etiam conseguirán estos lindos amigos para ustedes – Señaló su bebida y dio otro sorbo.

-Prefiero recordar esta noche mañana, gracias – Le sonreí y volví a reír al verla tan ‘’alegre’’. Ella se levantó y se subió a una de las mesas a bailar ¿Esta es la misma chica que nos presiona para hacer trabajos extra?

Matías o Mateo o como sea, llegó para llevarse a Areli lejos de las mesas.

-¿Vamos al karaoke? – Propuso Kashmir y yo asentí.

Tomamos un turno y nos sentamos en una mesa que estaba enfrente del pequeño escenario. Primero pasaron algunos chicos del grupo de baile y algunos otros alumnos de la academia, nos divertíamos comentando qué tal lo hacían y nos partimos de risa cuando Areli también subió, parece que Matías no pudo controlarla. Para nuestra sorpresa Ian también cantó una canción en francés con su guitarra y Kashmir le sonrió ¿y decía que Sebastián era presumido? Debe ser algo en los genes de los vampiros, era como si tuvieran un letrero que dijeran ‘’puedo mejorar todo lo que los demás hacen’’

Era increíble como su relación había dado un giro, ella seguía con su desprecio hacia los vampiros pero sólo hacía una excepción con él. Reflexioné acerca de cómo ella y yo nos habíamos distanciado un poco,  ahora ella tenía a sus amigos y yo a los míos lo que más nos unía era el dormitorio y el escaso tiempo para poder hablar entre clases.
Noté que se ponía tensa y salió afuera en búsqueda de un poco de aire, me preocupé un poco pero me pidió que no la siguiera. Me quedé a esperarla justo cuando mencionaron el número de mi turno.

-Eh, soy yo – Dije al chico del Karaoke y este me tendió la mano para subir – pero iba a hacer dueto con mi amiga, vuelve enseguida.

-Nada de eso, si ella se fue perdió su turno. Vamos.

Terminé cantando una canción de Kings Of Leon, mi voz era normal así que me esforcé para afinarla lo mejor posible y que sonara dulce y cálida.
Al término, con las mejillas encendidas, bajé del lugar y Sebastián me abrazó pero antes pude notar perfectamente que Ethan me miraba.

-Te veías hermosa ahí arriba.

Le di un beso en los labios, al carajo con lo del secreto del noviazgo si me quería tendría que aceptarlo ante todos.

-¿Qué hay de mi regalo? – Recordé.

-Vamos – Sonrió y me sacó del lugar mientras me tomaba de la mano.

Narra Kashmir:                                                                                                                  

Ian me había ayudado a llevar a Areli hasta la habitación aunque estuvimos en peligro de que nos vomitara encima.

-Gracias – Le dije al salir al pasillo.

-No hay de qué.

-¿Cómo es que llegaste al bar? ¿Cómo supiste?

-Escuché cuando Eric les había dado la invitación y deduje que habías ido, quería escapar de las garras de Ivonne tenías razón con lo de aprender física de otra forma – Se estremeció y rió un poco.

-¿Has visto a Eliot?

-Sí, pero parecía muy concentrado en algo más.

Una nueva voz se nos unió.

-¿Sofía ya llego? – Preguntó Ethan

-Eh, no – Contesté – La vi salir con Sebastián quizá esté con él.

Ethan parecía ser otro, golpeó la pared con su puño pero no se hizo daño.

-¡Hey! ¿Qué te pasa? – Pregunté

-Déjame en paz ¿quieres? – siseó

-¿Por qué no te vas de aquí? – Sugirió Ian molesto, Ethan se marchó por el pasillo - ¿Sofía se fue con Sebastián? – Preguntó incómodo.

-Sí, ¿por qué?

-¿Podría quedarme un rato más contigo?  Aún no quiero volver a la habitación.

No estaba insinuando que mi amiga estaba teniendo sexo con el vampiro… ¿o sí?

-Pero…

-Confía en mí.

-Ian, tú conoces a Sebastián él no piensa dañar a Sofía ¿verdad?

-Nunca me ha hablado de tener malas intenciones de ella, no es como si fuéramos los mejores amigos Kashmir simplemente nos hablamos por ser compañeros de habitación.

Asentí temerosa, abrí la habitación y lo dejé pasar, lo siguiente que pasó no me lo esperaba.
Los objetos de la habitación estaban flotando junto con Areli.

-Efectos secundarios de la borrachera ¿no? – Preguntó Ian.

-No me quiero imaginar cuando despierte estando cruda.

Pasamos cerca de media hora tratando de hablar esquivando los objetos que nos atacaban constantemente, intentamos despertar a nuestra brujita pero sólo nos ganamos una patada de su parte. Le dije a Ian que mientras llegaba Sofía él podía dormir en mi cama y yo en la cama de mi amiga. No tardé en quedarme dormida, pero cuando llega la noche los recuerdos regresan.

Un camarote adornado con muebles costosos, decoraciones elegantes y con una chimenea hermosa en la sala, era el lugar en el que me encontraba. Mi cabello pelirrojo lo tenía agarrado en un moño elegante, un vestido color azul claro cubría mi cuerpo y un collar brillaba en mi cuello.

-Hermoso ¿no te lo parece? – Mi tía parecía complacida con la arquitectura del lugar.

-Sin duda – Me mostré de acuerdo – ¿Es seguro?

-¡No hay barco más seguro que el RMS Titanic! – Sonrió – Prepárate, pronto sonará la campana de la comida e iremos a saludar a nuestros amigos.

-Me preguntaba – Hablé con voz dubitativa – ¿Podría dar una vuelta? Me encantaría ver más.

Ella negó con la cabeza.

-Habrá tiempo para eso después, prepárate – Repitió.

El comedor de primera clase tenía paneles blancos y muebles de caoba, con lámparas en todas las mesas, hacia proa había un espacio para el piano que era utilizado por un hombre de un gran bigote negro. Los platos, cubiertos y copas eran ordenados para que el espacio entre ellos fuera siempre igual, las mesas eran ligeramente humedecidas para que con el movimiento del barco todo se mantuviera en ese orden.

-Elizabeth te presentaré a alguien. – Mi tía me susurró al oído– Un muchacho de buena posición social que te agradará.

-No sabía que entre tus planes para este viaje se encontrara casarme.

-No perdemos nada con ello, ahora se educada – Advirtió  y comenzó a buscar a alguien con la mirada – Oh, ahí está. Escucha bien, es hijo de Margaret y James Dómine así que compórtate como se debe.

Con facilidad podía decir que mi tía estaba más nerviosa que yo. Los Domine eran una familia francesa y de mucho dinero, mis padres y yo los habíamos conocido cuando era pequeña.
Caminamos hacia ellos, una pareja de unos cuarenta años que derrochaba elegancia con cada movimiento y cada gesto. A su lado se encontraba un chico de cabellos negros como sus ojos, sus labios se habían formado en una ligera ‘O’ al vernos y sonrió de lado.
Ian.

Un dolor agudo me atacó, sentía como mi piel era atravesada con algo filoso. Luché contra la sensación mientras despertaba del sueño visiblemente agitada. Llevé mi mano a mi cuello, dolía y la piel estaba caliente. Necesité de unos minutos para darme cuenta que no estaba en el comedor de primera clase del Titanic, que mi cabello no era pelirrojo y que mi nombre no era Elizabeth. Me levanté de la cama con mareos, Sofía aún no llegaba e Ian ya se había marchado, salí a trompicones de la habitación. Caminé hacia los baños femeninos apoyándome varias veces en la pared para no caer, al llegar al lavabo me lavé la cara con agua fría y observé mi reflejo en el espejo. Estaba pálida y tenía manchas rojas en el cuello pero no había rastro de alguna marca.

Podía sentir como algo corría por mis venas, mezclado con mi sangre. La cabeza me latía y el corazón se aceleraba. No es cierto, Ian no me mordió, ¡No! Él no podría hacer eso ¿verdad?

‘Comienza a despertar’ La voz de Eliot estaba en mi cabeza ‘Comienza a despertar’ Cerré los ojos y sentí cómo caía, traté de enfocar la vista después del impacto y no reconocí nada. Era como si el baño de mujeres hubiera desaparecido… no, yo había desaparecido. Estaba en frente de la chimenea encendida que había visto hasta hace unos momentos, en mi sueño. La brisa del mar llegaba a la habitación por una pequeña ventana circular.

¡¿Qué estaba pasando?! Las manos me temblaron al taparme la cara, sentí una mano en mi hombro y solté un pequeño grito del susto.

-Tranquila – Susurró la voz de Eliot.

Pude ver que seguía en los baños femeninos y él estaba arrodillado frente a mí.

-¿Qué fue eso? – Pregunté con voz ahogada.

-Me dijiste que querías viajar en el tiempo – Lo dijo en voz baja pero con mucha tranquilidad, me ayudó a levantarme y me apoyé en él para no caer de nuevo – Y yo creo que es una buena manera de que despiertes.

-¿De qué hablas? ¿Cómo pasó? ¿Qué es eso de despertar? ¿Por qué no me avisaste antes?
– Hablaba con mucha rapidez, seguía asustada y temblando, pero la sensación de algo filoso, como un aguijón, atravesando mi cuello logró que me desvaneciera.

¿Qué me estaba haciendo él?
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Estamos de regreso ¿Les gustó el capítulo?
Muchos besos! Buen día
Sofía&Kashmir